lunes, 7 de noviembre de 2011

Un aperitivo abundante

Por Pablo Calvo

Tres más... y van 104. Sí, 104.

A las doce de la mañana, cuando algunos estábamos recién levantados y otros aún no se habían acostado, fue el aperitivo a un día de enhorabuena. El Real Madrid se enfrentaba al Osasuna, quien fuera uno de los verdugos durante la pasada temporada. Lo que parecía un partido complicado y trabado, terminó siendo un aperitivo lleno de delicias para abrir el estómago para el almuerzo dominical.

Comenzó dormido el Real Madrid, espeso en ataque pero expeditivo en el fondo, como viene siempre costumbre. Parecía que el partido no se abriría con facilidad hasta que llego Ángel Di María con el abrelatas en forma de preciso centro para que Cristiano Ronaldo rematara de cabeza al fondo de las mallas. El Bota de Oro, que había presentado y entregado su flamante trofeo a la familiar afición que asistió ayer al Bernabéu, volvía a hacer lo que mejor hace: anotar goles. Y Angelito, dándolos servidos.

El gol del Osasuna, ante una nuevo doble rasero arbitral, fue sólo una ilusión, un simple espejismo en el medio del desierto en el que se encontraban. Este nuevo atraco no gustó en Concha Espina y los merengues no se cortaron: metieron siete y podrían haber sido diez.

La dupla Khedira-Alonso volvió a dar como resultado un sublime partido del tolosarra. Özil, por su parte, se reencontró con una pequeña parte de su yo, ese monstruo futbolístico que es. Lejos aún de su máximo rendimiento, vuelve a la senda correcta. El que sigue picante es Higuaín, que volvió a marcar un golazo, otra vez a pase de su compatriota zurdo. La pareja de centrales volvió a demostrar que su velocidad es inigualable, lo que permite al Real Madrid jugar con tres defensores y con Marcelo o Coentrao en una posición más adelantada, de interior. Que no os engañen, madridistas: el equipo de Mourinho se para un con 3-3-1-3, con un mediocampista defensivo y dos interiores, con un mediapunta definido y tres delanteros, uno por la banda (Di María), uno por el centro (Higuaín) y uno por libre (Cristiano). El dinamismo de la escuadra blanca resulta abrumador para defensas estáticas como las que presentó el Osasuna ayer. La guinda del postre fue el debut, al fin, de Nuri Sahin. Con escasos toques de balón, dejó impreso su elegante toque en la goleada que le propinaron los locales a los de Pamplona.

Con el parón de selecciones que se avecina, sólo queda recuperar del todo a Sahin, que vuelva Kaka y Marcelo, y terminar de refinar esta tormenta perfecta que montó Jose Mourinho y que se denomina Real Madrid Club de Fútbol, líder de primera división. A tres puntos ya, por cierto.


Premio Di Stefano - Di María: Angelito hizo todo bien. Mientras estuvo en el campo, fue determinante en defensa y en ataque. Tres asistencias lo avalan. Se retiró lesionado luego de realizar una carrera a banda, salvando un balón que salía con un taconazo exquisito.

Premio Tuercebotas - Satrústegui: Fue un coladero por su lado y encima se fue expulsado luego de hacer un penalti extremadamente estúpido. Desastroso.

Premio Soitchkov - Damiá: Digno estudiante de la Masía, pasó más tiempo en el suelo y dando patadas rastreras que jugando al fútbol. Los piscineros: Una lacra a erradicar del fútbol español.

Premio Redondo - Xabi Alonso: El vasco fue el motor de juego del Real Madrid. Distribuyó mucho y bien.

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