domingo, 27 de noviembre de 2011

Se busca rival digno

Por Pablo Calvo

Porque ganar este derby ya no tiene mérito...


Creo que la pancarta desplegada por los Ultra Sur define de manera precisa la historia contemporánea de los Real Madrid-Atlético de Madrid. Los colchoneros llevan la friolera de doce años sin batir al máximo rival de la ciudad. En estos últimos años hubo encuentros variopintos: goleadas, goles en los últimos minutos, goles en los primeros segundos, partidos parejos, etcétera. Pero lo demostrado ayer por el equipo de Manzanares tiene un solo calificativo: patético.

Es verdad que el partido se vio roto por una estupidez de Courtois, que debió dejar a Benzema marcar a placer, y no caer en la estúpida regla de penalti y expulsión, excesivo castigo. El caso es que esa jugada determinó la suerte del Atlético, que hasta entonces dominaba en el marcador, pero no plasmaba en el campo ese dominio.

Con el 1-1, comenzó el festival de patadas rojiblanco. Primero Arda Turan, hasta tres veces consecutivas, y seguido por Gabi. La cúspide de la violencia colchonera la ofreció Perea, que recordando sus tiempos de carnicero en el pueblo, entró a la altura del tobillo a Cristiano Ronaldo, en plena carrera y cuando el balón estaba a dos metros del colombiano, impactando de lleno en la articulación del lusitano. Una tarjeta roja de libro. Pero como pitar al Real Madrid es muy fácil y tiene solamente una condición (joderlo hasta decir basta), tarjeta amarilla y aquí paz y luego gloria. Pero si Pepe hace una similar, ya sabemos lo que hubiera pasado: intervención de los cascos azules, disolución institucional del Real Madrid, extradición de Jose Mourinho por ser el autor intelectual y se instaura la pena de muerte exclusivamente para mandar a fusilar al vendetoallas portugués ese. El festín de sangre que se dio el Atlético no acabó ahí: Filipe Luis y Dominguez se sumaron a la fiesta propinando estopa. El brasileño debió ser expulsado, igual que Arda Turan, pero no. En el fútbol español, la Liga de las Estrellas, la mejoh der mundo, se castiga de misma manera una obstrucción que una entrada violeta al tobillo. Y un empujón de Godín a Higuaín, que causó el penalti que derivó en el cuarto gol, es más tarjeta roja que la acción de Perea. Paradójicamente, las expulsiones del partido vinieron por jugadas que, si bien el reglamento indica que son tarjeta roja, carecen de la arrolladora violencia que manifestó el equipo visitante durante todo el partido. Una muestra más del esperpéntico rasero arbitral español. De esos trencillas nuestros que muy posiblemente luchan palmo a palmo con la liga de Etiopía y del Congo para conseguir el dudoso título de peores árbitros del planeta.

El trámite del partido, dejando a un lado la excesiva dureza del Atlético, se resolvió con una galopada de Cristiano que sirvió para Di María, ese que revivió cual fénix volador para dar las alas de la victoria a su equipo. Una vez más, el Ángel del madridismo envió al fondo de las redes un balón que abría la lata de una vez por todas. Luego Mourinho realizó los tres cambios más bizarros que recuerde de él. Cambió a Di María por Higuaín, cambio lógico viendo que Angelito venía de una lesión, pero dejó en el campo a un Cristiano Ronaldo dolorido aún por la patada del perro salvaje que ocupó la banda derecha rojiblanca. Luego, en lugar de reemplazar al titán de Madeira, decidió que debía sentar a Özil y a Benzema para darle entrada a Callejón y a Coentrao. Lo sorprendente, nuevamente, es que no haya dado descanso a un CR7 que estaba notablemente lesionado. De todas formas, en este blog nos regimos aún por cuatro letras: LQDM.

A falta de dos semanas para el Clásico, el Real Madrid está a 6 puntos del FC Barcelona, que ayer en una nueva muestra de tiki-taca-salinas, palmó 1-0 contra el Getafe, en un partido en el que los azulones sacaron casta y los blaugranas se acordaron de jugar al fútbol en el minuto 70'. Eso sí, con un planteo al que nos tienen acostumbrados: pelotazos y centros para Piqué. Algo no tan novedoso para ellos fueron los piscinazos en el área por partida doble de Busquets y otro de Pedro, jugadores que se caracterizan por tener el sistema nervioso atrofiado: cuando le dan en el pecho, hombros, brazos o piernas, les duele la cara. Es un fallo genético del ADN Barça tan famoso. Al fin y al cabo, nadie es perfecto.

Mientras tanto, disfrutaremos de la ventaja, intentaremos mantenerla en el Molinón y ampliarla en el Santiago Bernabéu dentro de dos semanas, cuando los dos colosos del fútbol choquen. Ah, y por cierto, si encontráis un rival digno para derby decente, dejad un mensaje aquí: será trasladado a Florentino Pérez a la brevedad.


Premio Di Stefano: Di María - Angelito rompió la defensa rojiblanca con sus internadas y asistió permanentemente al ataque blanco. Y recién salido de una lesión. Es el futbolista total.

Premio Tuercebotas: Godín - Vaya nochecita para el uruguayo. Pifia garrafal en el 3-1 y penalti estúpido para el 4-1. Para olvidar rápidamente.

Premio Stoichkov: Perea - El colombino dio estopa toda la noche de Madrid. El Everest de ellas fue una entrada salvaje, con saña, al tobillo de Cristiano Ronaldo. Entrada que terminó lesionando al portugués.

Premio Redondo: Lass - Cabal, constante y discreto. Fiable en la distribución y no perdió ni un solo balón. Un partido elegante del francés que rinde bastante más en banda derecha que por el centro.

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