domingo, 20 de marzo de 2011

Contracrónica Atlético de Madrid-Real Madrid: Doce monos


Por Pablo Calvo

El título de este artículo hace referencia a los dos datos de importancia que saqué como conclusión sobre la media noche de ayer, al final del partido. El primero suma la cantidad de años del invicto del Real Madrid ante el Atlético de Madrid, algo que ya casi no es noticia. Lo segundo, a los simios que infestaron las bancadas del Calderón, ensuciando a la que muchos denominan "la mejor afición de España". Esos orangutanes que insultaron sin cesar a los jugadores blancos, desde deseándole la muerte a llamarlos monos por su etnia.

Chocolate por la noticia, pensarán. Si el equipo merenge está de por medio, parece que todo vale en un estadio de fútbol. Lo hemos visto el año pasado en Gijón, con un señor de mandíbula desencajada agitando su paraguas de manera amenazante contra Cristiano Ronaldo, lo hemos visto en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey en este mismo estadio contra Mourinho, lo hemos visto en Sevilla con el botellazo a Iker y en muchos más estadios españoles. Y eso solamente esta temporada. El clan de los portugueses, esos que no traga nadie según algunos sectores del periodismo, han hecho, aparentemente, del Real Madrid el enemigo número uno de las aficiones de la Liga. ¿O no? La verdad es que el Real Madrid es el club más aclamado de España, tanto a nivel nacional como internacional, y si ponemos a los madridistas y antimadridistas de España enfrentados, seguramente los primeros sean mayor número. Pero los segundos son los más ruidosos y dan esa sensación de superioridad numérica. Esto no se lo vamos a achacar a Mourinho, Cristiano o Pepe, porque antes de que todos estos llegaran, el Madrid era odiado en muchos campos y eso no ha cambiado. Ahora ponen como excusa que Mourinho y Cristiano son unos chulos y que Pepe es un guarro. Que se vayan a la mierda, digo yo.

El espectáculo de ayer a orillas del Manzanares dio miedo, terror. Ver una jauría de australopithecus gritarle "mono" a Marcelo o corear la tan famosa como nefasta cantinela de "ese portugués hijoputa es" o la del muérete es aberrante. Pero el gran problema de esto no es el hecho de que ocurra, sino de que ya no es noticia y ha alcanzado el nivel de normal. Es normal este comportanmiento, y desde algunos medios nos hacen creer que hasta está bien. Incluso una radio afín con el Real Madrid calificó de "feo" el gesto de Cristiano Ronaldo levantando las manos, pero con toda desfachatez espetó que "el público puede cantar lo que quiera". Ni los colegiados lo reflejan en el acta. Parece que esa imagen de hace unos años, en la que nos rasgábamos las vestiduras, de Eto'o amenazando con retirarse del campo si no cesaban los gritos racistas contra él, han pasado. Ahora el afectado no es un culé, sino un madridista. Barra libre pues, faltaría más.

La sociedad española, sobre todo lo que está ligado al fútbol, está en tal declive que insultar a una persona, con palabras racistas incluso, está bien y es normal. Coño, que hasta parece que hay que hacerlo. Lo que decía Sergio Ramos, que tiene más razón que un santo en esto, sobre los pitos e insultos contra los campeones del mundo en el Real Madrid, y los aplausos y vítores para los del Barcelona, es una realidad. Una triste realidad. Y todo eso por qué, me pregunto yo inocentemente.


En lo concerniente al fútbol, poco hay que hablar. El Real Madrid saltó al césped del Calderón, con un día menos de descanso del que debería tener gracias a esos horarios que benefician más a las cadenas de televisión que a los equipos de fútbol, con un trivote para taponar el ecuador del rectángulo de juego y asfixiar a los creativos rojiblancos, y con el tridente Cristiano-Özil-Benzema en punta. Dos de los tres mosqueteros estuvieron superlativos con sus pertinentes dianas, pero el tercero en discordia, el lusitano, estuvo nefasto. Se nota que aún no está fino físicamente y que necesita más descanso, así como ganar confianza. Para más inri, se retiró con inflamación en la zona de su lesión y se temió por una recaída, haciendo recordar al episodio ocurrido la temporada pasada cuando recayó de su lesión jugando con Portugal. Y ahora su selección quiere que vaya con ellos para el partido de entre semana... Miedito me da.

Pero como pronunciaba anteriormente, el juego aquí fue un dato menor. Da la sensación que los blancos derriban a los colchoneros incluso jugando con la sección de baloncesto. La superioridad de moral y de confianza es notable. anoche volvió a marcar Benzema (10 goles en 8 partidos, impresionante), Özil unos minutos después (3 goles al Atleti en 4 partidos), y luego Cerrojos Mou puso el oficio y se ocupó de cerrar el partido. Los locales se encontraron con un gol de Agüero, con su dosis de chiripa, luego de un rebote y dieron la falsa impresión de que había partido en esos últimos cinco minutos restantes. Nada más lejos de la realidad. Si bien hay que aclarar que Casillas sacó un par de manos para evitar que perforaran su valla con anterioridad, la realidad es que los de Quique aún no saben cómo voltear a los de Mou. Estuvo muy bien el Kun Agüero, que volvió a dejar evidente que el Calderón le queda un poco chico. El argentino, sin embargo, estuvo más participativo e insistente que acertado, aunque al final del partido obtuvo su recompensa.

Mención especial merece el que para mí fue la figura del campo: Sami Khedira. Me pregunto "khedirá" Diego Torres ahora, de este tuercebotas que le roba "injustamente" la titularidad a Esteban Granero. Pareciera que el germano aprendió español súbitamente, leyó el artículo de este periodista y decidió callarle la boca a base de bien. Y tanto que lo hizo. Con asistencia providencial incluida en el gol de Benzema, este mediocentro de box to box fue un todoterreno. Marcó, robo, hizo coberturas, metió una asistencia espectacular, pisó las dos áreas en la misma jugada y corrió a destajo. Soberbia su actuación. O intensa, como la describiría el comentarista de El País. Su tiro por dejar mal a Mourinho le salió por la culata. Otra vez.

Pero bueno, esta es la historia interminable, como titulamos en nuestro blog uno de los partidos de Copa del Rey contra los colchoneros. Van doce años de invicto merengue y hasta siento pena por un Atleti que no sabe jugarle a su vecino. Bueno, pena sentiría si no fuera por los inadaptados en las gradas del Calderón. Sólo con ver como unos monos y unos hijoputas les humillan una y otra vez (cuatro victorias en cuatro partidos esta temporada), bien vale la pena. En la velada de ayer, los monos no estaban en el verde, sino en las bancadas.


Premio Di Stefano - Khedira. Un todo, absoluto, total. Ida y venida. Defensa y ataque.

Premio Tuercebotas - Cristiano Ronaldo. No está bien el luso, y alguien tiene que decirlo. Que descanse y vuelva fresco.

Premio Stoichkov - Agüero. El Kun estuvo peleón. Pero peleón en el sentido que se encaró con media defensa madridista y algunos del centro del campo. Eso sí, violencia, ninguna.

Premio Redondo - Özil. Bueno, ¿de verdad tengo que explicar por qué?

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