miércoles, 11 de abril de 2012

Lobotomías veladas

Por Pablo Calvo


Se denomina “lobotomía” al corte de conexiones nerviosas entre el lóbulo frontal y el resto del cerebro. El resultado era aterrador: el paciente se volvía, en el mejor de los casos, una persona atemporal, privada del juicio y de la independencia. La destrucción definitiva de la personalidad.

Esta intervención quirúrgica se abolió en 1967, pero desde algunos sectores del periodismo español están sometiendo a “lobotomías“ veladas a las ingénuas cortezas frontales de parte del pueblo español, privándoles de toda cordura e intentando hacer verdad las mentiras más burdas. Idea adoptada, ni más ni menos, de los principios de la propaganda nazi, diseñada por Goebbels:

Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Si analizáis los principios de la propaganda nazi, veréis escabrosas similitudes con la campaña adversa que sufre el Real Madrid y, sobre todo, su entrenador Jose Mourinho. Para más ahínco, vemos que toda este circo orquestado cambia los adjetivos y los protagonistas para dejar mal siempre al mismo: el Real Madrid Club de Fútbol. Mientras tantos, los servicios jurídicos del club siguen en estado onírico y amputados de toda acción que pueda detener esta profanación a la integridad de nuestro centenario club.

Hace unas semanas no había Liga. Lo dijo tal cual el Dalai Pep en rueda de prensa. Se escudó diciendo que es catalán y por eso “es pesimista”. La copla fue copiada rápidamente por los lacayos del régimen. Pamplinas digo yo. Los cohortes enviados por la media catalana ya limaban al planeta fútbol: querían recuperar el favor de la RFEF que gozaban otrora. Hoy, pocas semanas después, con reuniones secretas con Villar y a cuatro puntos del conjunto merengue, ya hay Liga y lo ven franco: sus mercenarios de élite, los árbitros, ya están obrando el milagro de la supuestamente imposible remontada.

Resulta poco convincente pensar que el Barcelona, ese equipo superlativo que orina (colonia) en la boca de sus nunca dignos adversarios necesita el empujoncito de los del pito para alzarse victorioso, pero nadie nunca escribió que la realidad tiene que ser convincente. La verdad es que todos los equipos de la historia pasan por bajones de juego o físicos, como por ejemplo el que está lastrando actualmente al vestuario madridista. Los de la Comarca también lo sufren, porque no son deidades sino simples humanos, por más que las felaciones y ensalzamientos de la canallesca nos quiera hacer creer distinto. La diferencia entre los del norte con los de Concha Espina es que, mientras unos tienen que jugar al 101% para ganar contra viento y marea (pequeña reseña de hemeroteca, Iturralde, el panzón culandras que arbitraba y gracias al cielo nunca más lo hará, ha reconocido que los árbitros odian a Mourinho, para que luego digan que la Liga no está adulterada…), los del país del campanario pueden darse el lujo de jugar a un 40 o 50% porque saben que, tarde o temprano, llegará la caballería a rescatarlos. Yo creo que eso ya está tan instalado en sus subconcientes que por eso, cuando ven que no les benefician, se quejan aireadamente. Y aquí quería llegar, compañeros: si los madridistas se quejan de que no les han pitado correctamente (no hablo de ayudas o robos, hablo de pitar lo que realmente pasó como los tres penaltis de Almería, el pisotón a CR7 contra el Valencia, la tarjeta roja de chiste a Özil contra el Villareal, etc, etc), son unos llorones sin más, encabezados por el nazi lucifer vendetoallas hitler mercenario mcdonalds (seguramente me dejé en el tintero algún adjetivo utilizado por la prensa) de Mauriño. Si lo hacen los amigotes de Villar, es que tienen razón, que son la quintaescensia del balompié, que les ponen el campo hecho una porquería, que el tiki-taka, que lo que importa es el balón, que son un ejemplo para los niños y mil etcéteras estúpidos que sólo un tonto de capirote se puede creer. Esa es la cúspide de lo que yo denomino lobotomía velada: nos están lobotomizando con mensajes falaces que proyectan una realidad que no es tal. Es, a su vez, una falta de respeto al periodismo serio y de bandera, ese que ya no abunda en España, y al intelecto de sus lectores. ¿Pero sabéis qué es lo peor, madridistas? Que muchos de los nuestros ya han caído en las redes que han tendido, los han cazado y ahora esos mismos personajes que se autoproclaman madridistas van contra el Real Madrid sin saberlo. Han caído en el viejo truco de “divide y vencerás” y sucumbido a otro principio de la propaganda nazi: el principio de unanimidad.

Que sepáis que no todos los madridistas pensamos así. Un pequeño bastión, en cada recóndito rincón del mundo, permanece perenne en pie de guerra contra estos chacales de la prensa esclava. Hoy somos pocos, hace un año éramos menos y dentro de un año seremos legión. Únete a nuestras filas y deja las lobotomías para las mentes débiles: nosotros, aquí y ahora, luchamos, contra todo y contra todos, sin miramientos.

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