viernes, 13 de abril de 2012

La semana santa de un Cristiano



El que no metía de falta directa lleva 3 en 4 partidos

Y al tercer día, resucitó
. Pasada una semana santa en la que el madridismo sufrió su viacrucis particular, un Cristiano coronó con júbilo a un vestuario que se vio agitado por el desleal golpe de un caprichoso destino deportivo.

A pesar de que el rival no escatimó en esfuerzo ni en ladinas patadas, la tragicómica historia volvió a reiterarse, como se repiten cada año las procesiones en estas fechas. Ya se cuentan por trece los años de festividades en Concha Espina y de exaltada frustración a orillas del Manzanares: el Atlético de Madrid vuelve a sucumbir ante el Real Madrid. No obstante, tal vez debería reformular mi análisis: el Atlético de Madrid sucumbió ante un pletórico Cristiano Ronaldo que con tres goles, dos de estratosférica factura, y una asistencia arrasó a los colchoneros con la fuerza de una pasión adolescente de primavera. Una abrasadora brisa atlántica que carbonizó las ilusiones de los aficionados atléticos que colmaron el Vicente Calderón. Sólo la red logró saciar el ímpetu del luso en la fría noche madrileña.

El Manzaneres fue testigo ignoto de las ráfagas de fútbol que terminaron por hincar en tierra las rodillas de los locales. Lo intentaron, en un alarde de furia orgullosa que termina en extravagancia como siempre, pero sin variar el mismo resultado que obtienen regularmente desde hace ya trece años. No lograron doblegar un destino que parece una maldición vudú vertida sobre una sufrida afición colchonera, con complejos madridistas que no se lavan con agua caliente y jabón, ni con religiosos exorcismos. La camiseta merengue parece ser una barrera mental infranqueable que no logran penetrar. Y si esta casaca es portada por un Cristiano Ronaldo en su estado más salvaje, el choque toma tintes catastróficos para ellos.

Mientras tanto, el conjunto de Jose Mourinho, en un mar de críticas sátiras y dantescas proliferadas por los delirantes chacales de la prensa rosa deportiva, se prepara para una escaramuza antes de la batalla final por la Liga y su Waterloo personal en Champions League: hay que batir al Sporting de Javier Clemente para finalmente preparar el asalto final al Allianz Arena y Nou Camp. Siempre con valentía e inquebrantable fe, porque con este guerrero escudado con el místico número siete madridista, hasta la batalla de las Termópilas parece un triunfo hacedero.


Premio Di Stefano - Cristiano Ronaldo: Un hat-trick y un asistencia lo dice todo. Dos golazos de antología secundan este galardón.

Premio Tuercebotas - Karim Benzema: Benzema está irreconocible, por razones que no logro determinar. Fallón, inconexo y desdibujado.

Premio Stoichkov - Filipe Luis: El lateral izquiero colchonero hizo quizás tantas faltas como todo el Real Madrid. Terminó el partido con una amarilla, igual que Di María, que hizo una falta en todo el encuentro.

Premio Redondo - Vacante: Ningún jugador en el partido logró hilar dos pases buenos consecutivos. Era un choque para el mono de trabajo, no para el esmoquin.

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