Pobre Real Madrid

Por Pablo Calvo

Gracias por todo, Jose. Gracias por hacerme más madridista.

Hoy ha culminado el enésimo proyecto deportivo del Real Madrid encabezado por un cobarde Florentino Pérez, que pretendía ser Santiago Bernabéu y acabó arrastrándose ante los chacales que depredan al club. Muchos proyectos pasaron por Chamartín, pero tan serios como éste, mi endeble mente no lo recuerda. Quizás por mi mala memoria, quizás porque realmente no los hubo, pero Jose Mourinho aportó a un desmontado Real Madrid, que era vapuleado sistemáticamente en todas las competiciones, esa competitividad y disciplina que estaba ausente hace años pero que había sido históricamente su quintaesencia.

Los éxitos deportivos fueron escuetos comparados con la gloriosa historia del Real Madrid pero reflejados con los últimos 10 años de vida de la institución, fueron un oasis en el medio de un desierto que parecía insalvable. Una Super Copa, una Copa del Rey y la archifamosa Liga de los récords. No sólo eso, sino que también se compitió hasta el último momento con dos segundas plazas en Liga (obteniendo una absurda cantidad de puntos), tres semifinales de Champions League (cayendo eliminado en la ruleta de los penaltis, con un robo arbitral descarado y este año por una clamorosa falta de oficio) y otra final de Copa del Rey (eliminando con categoría a un Barcelona que acabó desquiciado). Al fin y al cabo, no siempre se puede ganar todo. Pero a un club tan magnánimo como éste lo mínimo que podemos pedir es DISPUTAR y COMPETIR. Y en eso, el Real Madrid de Mou no ha faltado a la cita.

La desvinculación de Mourinho con el Real Madrid ha llegado de mutuo acuerdo, según el presidente. A su vez, el máximo mandatario de la Casa Blanca dijo que la decisión fue por la "presión ejercida" por parte del medio. Traducido al idioma de los mortales, a Jose Mourinho lo ha cesado la prensa y no el madridismo, que debería ser el sumo gobernador de un entidad corrupta y manejada sibilinamente por los secuaces de los grandes medios de comunicación que desean obtener tajada del suculento pastel merengue.

¿Cuál es el futuro del Real Madrid ahora? Por lo pronto, hay elecciones este verano. Elecciones a las que se presentará sólo un candidato, demostrando una vez más lo putrefacto que está la institución. Florentino Pérez ha anunciado este misma tarde, con el cadáver de su entrenador aún caliente, que se presentará a las mismas. Hasta ahora, estuvo protegido por el escudo que protegía al Real Madrid. Pero ahora se ha quedado sólo con su espada frente a una horda de enemigos a los que acaba de reforzar con su discurso carente de autoridad ni poder. Su pelelismo le ha dejado sangrando en un océano impiadoso y los tiburones, cuando huelan la sangre, se le van a echar encima para devorarlo.

Sufro por el futuro del Real Madrid. Y sobre todo sufro por el madridismo incondicional que ve como, una vez más, la prensa y unos niñatos multimillonarios secuestran su pasión para jugar con ella al Monopoly. Pobre Real Madrid. Pobre nosotros.