miércoles, 23 de febrero de 2011

Contracrónica Lyon-Real Madrid: Agridulce

Por Pablo Calvo

El Real Madrid regaló una parte pero luego los palos y el arbitraje le negaron la victoria. El Lyon fue una jauría que corrió sin cesar detrás del balón y salió rápido a la contra. Benzema salió y marcó al minuto. Desastroso Sergio Ramos y Stark, el colegiado alemán del encuentro.



Ese fue el sabor de boca con el que nos fuimos todos al ver el resultado cuando el árbitro del encuentro pitó el final. Por un lado, alegres por un resultado que deja la eliminatoria a favor de los madridistas para la vuelta en la capital, pero tristes por otro lado ya que si no fuera por dos palos, un arbitraje casero hasta rabiar y el enésimo error defensivo de Sergio Ramos en lo que va del año, el conjunto blanco debería haber sentenciado la eliminatoria.

El encuentro de ayer fue una acerola: primero agria, luego dulce y finalmente agridulce. Mourinho claramente erró en el planteo táctico inicial, sacrificando a la santa trinidad Lass-Xabi-Khedira para dar lugar a Özil para acompañar al tolosarra y al alemán. No obstante, ayer no eran tiempos para el mago germano, sino para la garra y lucha en el centro del campo que puede ofrecer el parisino, por lo menos en la primera parte. La alineación de Adebayor en punta, sin embargo, me parece correcta, para buscar el pelotazo y amortiguación del balón por parte del de Togo, algo que hace mejor que Benzema.

El Lyon en esa primera parte fue, por consecuencia, dueño y señor del encuentro, aunque el dominio del cuero fue para el Madrid en los primeros minutos, pero el OL rápidamente le arrebató la redonda y comenzó el lanzamiento de contras rápidas, de transiciones veloces, para intentar abrir el marcador. Y efectivamente casi lo logra en numerosas ocasiones, en lances del encuentro en donde los pupilos de Mou sufrieron mucho.

La segunda parte le pasó factura al once lionés y el técnico luso de los merengues corrigió su táctica. El accionar físico del OL disminuyó y de eso se aprovecharon los visitantes. El Real Madrid controló la posesión del balón y atacó sin cesar la portería defendida por Lloris. Tal fue su asedio que Cristiano de falta y Ramos a la salida de un córner estrellaron sendos balones en el palo y travesaño respectivamente. Fue un ciclón blanco que casi barre del encuentro a los locales, que contaron con suerte en los primeros 15 minutos de los segundos 45. Pero siempre que llovió paró, y el viento que faltaba salió al campo y remato la faena para los de Mourinho. Benzema salió, al minuto combinó con Özil y Cristiano, dribló a dos defensas y tiró, con un poco de fortuna, entre las piernas del cancerbero local para perforar su meta y hacer estallar el regocijo de Florentino Pérez que se saltó el protocolo y festejó el gol de su protegido como un aficionado más. El Madrid se imponía en su estadio maldito y el momento más dulce no podía ser.

A partir de ahí, fue un monólogo blanco. Tocó, tocó, tocó. Si no fuera por el árbitro, que se trago descaradamente un penalti a favor del Madrid luego de que Gourcuff bloqueara un saque de falta con las manos, la eliminatoria podría haberse roto definitivamente. Pero a veces la justicia en el fútbol no existe, y luego de un centro que rebota en la barrera, Cris la mete a la olla de cabeza y Gomis bate a un Casillas estacado en la línea de meta. Sergio Ramos, de pésimo encuentro, habilitaba al jugador francés, mientras que la línea defensiva estaba dos metros por delante. No me cansaré de decir lo malo que es el de Comas defensiva y tácticamente, y por supuesto ya perdí la cuenta de cuántos goles les ha costado al Real Madrid.

Así terminó el encuentro, con un resultado inmerecido para los de Chamartín que merecieron por lo menos la victoria. Pero no siempre se tiene suerte en este deporte y habrá que luchar nuevamente como gladiadores en el Santiago Bernabéu dentro de tres semanas para definir cuál de los dos equipos avanzará a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Ahora hay que prepararse para la complicada visita a Riazor de este fin de semana y seguir a la caza del Barcelona en Liga.


Premio Di Stefano - Benzema. En un partido donde las individualidades no brillaron, el gato montés Karim revolucionó el partido en un minuto y encarriló la eliminatoria para el Madrid.

Premio Tuercebotas - Sergio Ramos. Qué desastre de defensor. No me cansaré de mostrar mi descontento hacia el sevillano. Malo en ataque, malo en defensa, desconectado de su línea para propiciar un gol a los rivales... En fin.

Premio Stoichkov - Cris. Quién sino. Un buscapleitos de cuidado el brasileño. Repartió leña a todo el que pasó por su zona y calentó el partido. Apenas vio la tarjeta amarilla.

Premio Redondo - Özil. En un partido de lucha, fricción, pelea y demás cosas feas, dibujó una jugada para el Prado, se sacó de encima a su defensa y cedió para que Cristiano prolongara su pase a Benzema y el francés marque.

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