Crónica vs Levante: Y con esto y un ocho…

Por Pablo Calvo

Evidentemente no será hasta mañana a las 8, sino hasta el año que viene, cuando retomemos la competición de Liga, Champions y Copa con un Real Madrid que en esta última competición tiene su pase sellado, al ganar en la noche de ayer ocho a cero a un Levante que fue un desastre en la zaga e inofensivo en ataque.

Sinceramente, hacer una crónica de un partido tan cómodo puede resultar complicado. El club de Chamartin no pasó apuros en ningún momento y fue una apisonadora imparable, sea por méritos propios o por deméritos del rival. Yo diría más bien que fueron ambas cosas. Ayer pudimos ver una evidencia: el mediocampo madridista es otro cuando juega Xabi Alonso. Pero más aún, es otro cuando el tolosano se combina con Granero. La jugadas son más fluidas, se crea juego con mayor facilidad, se libera a los delanteros que de otra manera tendrían que bajar para fabricar jugadas de ataque. En fin, es un compendio de cosas que quizás Mourinho tendría que experimentar, a pesar de su devota admiración por Khedira, uno de sus pupilos predilectos. La defensa, sin Carvalho, cumplió ante una cita que distó mucho de ofrecer oposición alguna. Los laterales fueron quizás el punto más bajo, sobre todo Marcelo que cometió algunos fallos en defensa que podrían haber significado algún que otro gol si el equipo delante era de mayor envergadura. El mediocampo blanco fue lo mejor del Madrid, con un Di María más camorrista que nunca pero que aporto vertiginosidad al juego, Özil que creó muchas jugadas de ataque e incluso marcó, los citados Xabi Alonso y Granero en el epicentro del terreno de juego y un Cristiano Ronaldo que, aún con fiebre, sigue siendo un auténtico toro. El ataque madridista ayer tenía nombre y apellido: Karim Benzema. El francés cumplió con su hat-trick, así que poco hay para recriminarle.

El partido lo encarriló rápidamente el equipo blanco con un gol tempraneo a los 4 minutos de partido. El primero de los ocho lo consiguió Karim Benzema, de gran jugada. Dicha jugada comenzó con una presión asfixiante de los merengues en el medio campo que forzó el error del equipo levantino. La recuperación fue del delantero francés que tiró un caño exquisito al defensor granate y partió hacia portería. Ante el cruce de la defensa, Benzema tiró tres bicicletas que dejaron desparramado al zaguero y, ante Munua, definió por bajo al primer palo con un potente tiro.

A partir de ese momento, se podía imaginar que el trayecto del partido sería para el Real Madrid, dado que abrir la lata tan pronto sólo puede significar un aluvión de goles, aunque nadie imaginaría que finalmente serían ocho.

A los pocos minutos del primer gol, otra recuperación, fruto de la presión en la salida del balón, permitió que CR7 meta un quirúrgico pase a Özil, que con recorte astuto dejó en el camino a al portero y a un defensor para marcar a puerta vacía, a pesar de los esfuerzos de los defensores letantinos que desesperadamente intentaban tapar huecos, como marineros en un barco que se hunde por el agua que se cuela por todos lados.

A partir de ahí, el partido tuvo un color solamente: blanco Madrid. Fue un auténtico monólogo de los de Mourinho, a pesar de que los de Luis Garcia, cada tanto, amenazaban con algún que otro ataque, que resultaron ser los arañazos de un gato comparados con los zarpazos de tigre que propinaba el Real Madrid. Tanto fue así que antes de que terminara el primer tiempo, cayeron dos goles más, el segundo del francés y el primero de Cristiano Ronaldo, justo antes de que termine el primer tiempo, en el minuto 44’.

El segundo tiempo comenzó como el primero, pero con un equipo merengue mucho más relajado, habiendo ya cumplido con su labor de definir la eliminatoria en casa. Fue un partido relajado, a pesar de los más y los menos que causaron Di María y Pepe en el primer tiempo y algún que otro encontronazo que hubo en el segundo. La verdad es que los de granate y azul estaban un poco pasados de revoluciones y se les notaba la molestia de estar perdiendo por tanto margen solamente pasados 45 minutos. Cuando cayeron los tres goles siguientes, el quinto por parte de Benzema, completando su hat-trick, y el sexto y séptimo, obra de Cristiano, obteniendo también su hat-trick, el Levante bajó los brazos y dejó de luchar, como la presa de la boa que ya no lucha por evitar que sea estrangulada por ella. Inmediatamente después llegaron dos de los tres cambios del Madrid: Pedro León y M. Diarra por Granero y Özil. Los que salieron cumplieron su labor, sin brillo, pero tampoco es que podría haber mucha motivación cuando el marcador reflejaba un aplastante 7-0. Poco minutos después llegó la oportunidad que muchos de los madridistas pedían: darle minutos a Morata, la última joya en potencia de la cantera madridista. El chaval salió y después algunos detalles de lujo, aunque antes de levantar las banderas y volvernos locos, sería mejor que sigamos atentamente la evolución del canterano, que promete, pero también nos hemos llevado muchos chascos. Hay que darle tiempo, no hay que apurarlo y hay darle minutos. Estoy seguro que aprenderá mucho de grandes delanteros como Higuain, Cristiano y Benzema.

El octavo llegó, efectivamente, por un gran movimiento en el área visitante del mismísimo Morata. Recibió de espaldas y con un hábil giro dejó clavados a dos zagueros levantinos. Luego la definición fue tapada por Munua, que realizó su mejor intervención en el partido, pero no fue lo suficientemente buena para evitar que el rechace le caiga a Pedro León, que marcó a puerta vacía.

En conclusión, el partido parecía que sería una parada complicada, con un equipo que se iba a meter atrás y ofrecer el mismo recurso defensivo que ofreció en Levante esta misma temporada, cuando empató 0 a 0. Evidentemente no le salió tan bien esta vez a Luis Garcia. Y es que el Santiago Bernabeu no es el Ciutat de Valencia. Las grandes dimensiones del estadio de Chamartín permitieron al Real Madrid encontrar muchos huecos en las dispersas líneas defensivas dispuestas por los levantinos. Y el resultado de dichos descubrimientos fue un devastador golpe. Un ocho a cero que hace historia, ya que hacía 20 años que el equipo blanco no marcaba ocho goles en competición oficial. La última había sido en 1990, cuando ganó 9-1 contra el Tirol.

Premios:

Premio Di Stefano - Karim Benzema. El francés cuajó un partido espectacular, el mejor desde que viste de blanco. El primer gol fue espectacular, con tres bicicletas incluidas. Para enmarcar.

Premio Tuercebotas – Cerra. Qué nochecita para el valenciano, que tres errores suyos de manera consecutiva le costaron tres goles a su equipo.

Premio Stoichkov – Robusté. Un puñetazo en la boca a Benzema es más que suficiente para ganarse este premio. Mención especial a Di María, que ayer estuvo más pendenciero de lo que debería. No me ha gustado su actitud en muchos casos.

Premio Redondo – Xabi Alonso. El tolosano volvió y estamos todos de enhorabuena. Buen partido en la parte defensiva, sin llevarse ninguna amarilla, y se nota la fluidez en la creación de juego cuando el campeón del mundo es alineado en la medianera merengue.

Y con esto y un ocho, nos vemos cuando retomemos las competición. Desde el blog Mente en blanco os deseamos mucha felicidad en estas fiestas y un próspero año nuevo. Os invitamos a seguirnos por Twitter (MenteEnBlancoRM) para leer lo que tengamos que decir.

¡Felices fiestas y hala Madrid!